Novela negra

Dashiell Hammett
Dashiell Hammett

La fuente inmediatamente anterior a la novela negra como tal es la novela policial negra, de origen americano o inglés y Dashiell Hammett es a la vez el creador de esta nueva corriente literaria americana.
Los dos primeros textos de Hammett se publicaron en 1922, uno de ellos en la revista Black Mask, pulp fundado en 1920 por dos críticos.
Los pulps eran magazines muy baratos y de gran popularidad en la época en los que predominaban el misterio, horror y la aventura principalmente. Luego pasarían a dedicarse en mayor medida a lo policíaco.


El director de la revista animó a los demás a seguir la estela que Hammett había creado en las páginas y desde entonces reagruparon a los grandes del género: Carroll John Daly, que fue el creador del primer detective moderno; Raoul Witfield, W.T. Ballard, Lester Dent, Thomas Walsh y más tarde Raymond Chandler y Horace McCoy.
Las cuatro primeras novelas de Hammett editadas en libro fueron publicadas antes en Black Mask.

 

 

ADAPTACIONES

La novela de William R. Burnett, El pequeño Cesar, de 1929 fascinó a Mervyn LeRoy que se dirigió al despacho de Jack L. Warner para convencerle en su intento de llevarla a la gran pantalla con la colaboración también de Darryl F. Zanuck y Hal B. Wallis.
Películas basadas en obras suyas como Pasaporte a la fama (The whole town’s talking, 1935), de John Ford; El doctor Sócrates (Dr. Socrates, 1935), de William Dieterle; Nobody lives forever, 1946, de Jean Negulesco y Acused of murder, 1956 de Joe Kane.
Por aquella época el éxito de la novela negra estaba viviendo su máximo apogeo gracias a los grandes impactos en la sociedad a modo de portadas de periódicos copadas de gángsteres que salían a diario en las noticias por radio y prensa y estaban en boca de todo el mundo. Todo ello unido a la matanza del día de San Valentín acaecida en 1929 hacía que fuese difícil distinguir entre la realidad y la ficción.

La primera tendencia dentro del género sería el hard boiled (Duro y en ebullición) y los primeros relatos que se plasmaban en el celuloide eran llamados las crook story (historias de delincuentes).
De igual manera ejercían un gran interés las películas de temática carcelaria como I am a fugitive from a chain gang, de Robert E. Burns, relato autobiográfico donde describía las condiciones inhumanas y penosas de la vida en una cárcel del estado de Georgia.

Raymond Chandler
Raymond Chandler

Con Historia de un detective (Murder my sweet, 1944) de Raymond Chandler (también guionista), Philip Marlowe se convirtió en protagonista de siete de sus novelas y llega a las pantallas en 1942 con The falcon takes over, de Irving Reis, 1942 y luego en Time to kill, de Herbert I. Leeds, 1943, pero en las secuencias no aparece su verdadero nombre sino que éste cobra protagonismo en Murder my sweet donde adopta la encarnación del actor Dick Powell. Sim embargo será Bogart quién fijará es estereotipo definitivo del personaje de ficción en El sueño eterno.

James M. Cain
James M. Cain

La corriente llamada de psicología criminal, de la mano de autores como Vera Caspary (Laura), James M. Cain o William Irish entre otros tiene su sitio reservado en la novela negra.
James M. Cain con sus novelas Pacto de sangre (Perdición), El cartero siempre llama dos veces (adaptada dos veces antes en Europa), y El suplicio de una madre (en cine, Alma en suplicio), aporta títulos sin duda imprescindibles en la historia del género negro.

Más películas basadas en sus relatos son Huracán (When tomorrow comes, 1939), de John M. Stahl; Si ella lo supiera (Everybody does it, 1949), de Edmund Goulding; Ligeramente escarlata (Slightly scarlet, 1956), de Allan Dwan e Interludio de amor, de Douglas Sirk en 1956.
Hernest Hemingway con The Killers, un breve relato que Mark Hellinger consigue llevar al cine con Robert Siodmak al mando a pesar de la insistencia de querer hacerlo John Huston inicialmente, y Tener y no tener en donde nuevamente la pareja Bogart-Bacall marcaría huella para siempre.

Patricia Highsmith
Patricia Highsmith

Patricia Highsmith por su parte escribe Extraños en un tren adaptada por Raymond Chandler y dirigida por Alfred Hitchcock.
Fritz Lang realizó para la Columbia The big heat, basado en un relato por entregas del Saturday Evening Post escrito por William P. McGivern llamado La gran redada y Human desire, basado en la novela de Emile Zola, La bestia humana.

Tampoco se puede olvidar a Mike Hammer, personaje creado por el escritor Mickey Spillane y llevado al cine por segunda vez en la película de 1952, Kiss me deadly.
Otro nombre sobresaliente es Graham Greene, que con Un fusil en venta, de 1936, El tercer hombre y El poder y la gloria, se transforman visualmente en El cuervo, El tercer hombre y El fugitivo respectivamente. Sin olvidar El final de la aventura.

Pero volvamos al artífice del meollo en cuestión. Dashiell Hammett. Las adaptaciones sobre textos del escritor han sido entre otros: El hombre delgado (The thin man, 1934) de W.S. Van Dyke; La llave de cristal (The glass key, 1942), de Stuart Heisler; The fat man, 1950 de William Castle y más recientemente El hombre de Chinatown (Hammett, 1982) de Win Wnders.
Es con El halcón maltés, 1941 de John Huston ( encarnando Bogart al detective creado por Hammett, Sam Spade) con la que se inaugura el periodo llamado clásico del cine negro. Adaptada ésta además anteriormente en 1931 por Roy Del Ruth y Satan met a lady, 1936 de William Dieterle. Y también otra novela suya es adaptada dos veces posteriormente, La llave de cristal en 1935, de Frank Tuttle y la de Stuart Heisler.

Todo sobre el cine negro

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