Paramount

La imagen histórica de la Paramount está ligada a una elegante estilización, fruto de la preeminencia de los directores ; y de ahí que, en el ámbito del cine negro, resultara decisiva tal política con referencia a la prehistoria de esta directriz: Joseph Von Sternberg sentó las raíces con «La ley del hampa» (1927) y «La redada» (1928) aún antes de la generalizada implantación del sonoro.
El culto a la imaginación tuvo nueva muestra en 1931 mediante «Las calles de la ciudad» de Rouben Mamoulian, film que parte de una historia escrita por Dashiell Hammett. Por aquellos tiempos, sin embargo, la Paramount sufrió una crisis económica de la que no se levantó hasta 1935.
Su fe en la sofisticación tuvo mucho que ver con su destacada presencia en el nuevo impulso del cine negro desde los primeros años cuarenta. Stuart Heisler dirigió en 1941 «Among the living» y en 1942 «La llave de cristal». Frank Tuttle llevaría a cabo en 1942 la históricamente muy importante «El cuervo». Inmediatamente vendrían, aunque sus estrenos se aplazarían, «Perdición» (1944) de Billy Wilder y «The ministry of fear» (1945) de Fritz Lang, resueltamente innovadoras en el terreno del lenguaje cinematográfico. Con el refuerzo de la Hal Wallis Productions desde 1943, la Paramount ascendió cotas y llegó a una rentabilidad máxima en 1946, año en que distribuyó una obra maestra de aquella productora «El extraño amor de Martha Ivers» (1945), escrita por Robert Rossen y dirigida por Lewis Milestone ; fue también el año del estreno de «La dalia azul» de George Marshall sobre un guión de Raymond Chandler.
En los años sucesivos John Farrow y William Dieterle se asentarían como los especialistas de los filmes negros. Farrow firmó «Calcuta» (1947), «El reloj asesino» (1948) y «Mil ojos tiene la noche» (1948) ; y Dieterle «The accused» (1948), «Ciudad en sombras» (1950) y «Un hombre acusa» (1952). A estas había que añadir una serie de filmes de serie «B», con similares características, firmadas por reputados directores como Anatole Litvak o Robert Siodmak.
Al comenzar la década de los 50, Paramount jugó dos importantes bazas, con sendos filmes producidos y dirigidos por Billy Wilder («El gran carnaval») y William Wyler («Brigada 21»), ambos estrenados en 1951, y que prorrogaban la herencia Warner. Pero el enfoque de la temática criminal en la productora quedó muy pronto bajo los personales designios de Alfred Hitchcock, lo que apartó a las películas de las características del cine negro clásico.

Fuente: Antonio José Navarro y revista Dirigido por.

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